Las cucarachas pueden adquirir, transportar y transmitir diversos patógenos, utilizando como vehículo las estructuras bucales, sedad, ornamentaciones, alas, patas u otras estructuras corporales, así como sus propias regurgitaciones y materia fecal. Se han aislado al menos 100 especies de bacterias a partir de ejemplares colectados en casas, escuelas, restaurantes, hospitales y tiendas de animales.
Todos estos patógenos son causantes de enfermedades tan comunes como disentería, diarrea infantil, gastroenteritis, salmonelosis, fiebre, tifoidea, difteria, tuberculosis, tensáis, áscariasís y muchas mas.
Debido a lo anterior representan un serio riesgo a la salud humana y de otras especies animales
Cuando las poblaciones de cucarachas llegan a ser abundantes, las cutículas producidas durante el desarrollo de los estadios ninfales son transportadas por el viento y fragmentadas, produciéndose un polvo muy fino, al ser inhalado puede ocasionar reacciones alérgicas a nivel respiratorio o puede potencializar la alergia ocasionada por los ácaros del polvo.